
Nuestro Santo Patrón
The story of St. Cajetan
San Cayetano (1480-1547) nació en Vicenza, Italia, en el seno de una familia noble. Fue el menor de los tres hijos de Don Gaspar di Thiene y Doña María de Porto.
Estudió Derecho Civil y Canónico en la Universidad de Padua y se trasladó a Roma, donde trabajó en la corte de Juliano II. Asistió al quinto Concilio de Letrán. Fue ordenado sacerdote y se unió a la Compañía del Divino Amor. En 1518 regresó a Vicenza. Tras la muerte de su madre, se dedicó a fundar y dirigir hospitales para el tratamiento de sifilíticos en Vicenza, Verona y Venecia.
En 1524, junto con Juan Pedro Carafa, obispo de Chiete, fundó los Clérigos Regulares, que posteriormente se llamarían Teatinos. Torturado durante el saqueo de Roma en 1527, Cayetano regresó posteriormente a Venecia, donde dirigió durante tres años el Instituto Religioso que había fundado. En 1533, se trasladó a Nápoles, donde moriría catorce años después, en 1547. Fue en esta ciudad donde sembró la semilla de la reforma que lo hizo merecedor de la devoción que se le ha concedido. En 14629, Urvan VIII autorizó el culto público a Cayetano, y el 2 de abril de 1671, Clemente X lo inscribió en el Catálogo de Santos.
San Cayetano es el “corazón de la reforma católica”, el fundador de los Clérigos Regulares (Teatinos) y un “Gran Hombre y Gran Santo” que los cristianos aclaman como “El Padre de la Providencia” porque ayuda a quienes lo invocan en sus necesidades con grandes milagros.
San Cayetano, ruega por nosotros, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.
Oremos
Oh Dios, Padre de toda bondad, que con sabiduría y amor diste la tierra al trabajo de las manos humanas para que de ella recibiéramos el sustento necesario, haciéndonos contemplar tu providencia y grandeza. Concédenos, por la intercesión de San Cayetano, la seguridad de que escuchas las peticiones de quienes humildemente oran… y líbranos de todo mal. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.